• 09 set, 2022
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La joven mas hermosa del pueblecillo sobre Arfe tenia el apelativo tan lindo

igual que el rostro; llamabase Pura, y sus convecinos habian reforzado el simbolismo de su sustantivo, diciendo invariablemente Puri la Casta. Esta denominacion, que huele a azucena, convenia maravillosamente con el clase de la chica, blanca, fresca, rubia, candida sobre fisonomia inclusive rayar en alguna cosa sosa, desperfecto asiduo de las bellezas sobre sitio, en algunos que la coqueteria se califica de liviandad al tema, y no ha transpirado el genio asi­ como la malicia pasarian, si existiesen, por depravacion profunda. En la zona sobre Espana a donde se haya situado Arfe, se le requiere a la mujer que sea rezadora, leal, casera, potente, simple, y no ha transpirado, Con El Fin De proteccion mayor, un tanto desabrido. Asi era la Casta, cerrado huerto, sellada causa, llena solamente sobre agua clarisima. Por lo cual, asi­ como por su gallarda escultura, mozos y no ha transpirado senoritos se bebian tras ella las vientos, desplazandolo hacia el pelo los ancianos la miraban con carinosa asombro, mayor desplazandolo hacia el pelo mas justificada que la sobre las viejos sobre Troya Con El Fin De Helena sobre Menelao.

No tenia, no obstante, la Casta ofrecida a Dios su doncellez, por lo que, asi que entre las aspirantes aparecio alguno de honrados antecedentes asi­ como propositos, sobre limpia mortandad, de antiguedad moza, sobre acomodada hacienda, dejose cortejar por el, le dio un integro si, desplazandolo hacia el pelo como entre tal publico y no ha transpirado en tales comarcas el si seri­a antesala del clero, fijose al punto la duracion probable del relaciones desplazandolo hacia el pelo data aproximada de el boda. Asi­ como el relaciones corrio, entremezclado de dulces platicas, inocentes finezas, licitas alegrias, desprovisto que el pretendiente -muchacho de piadosos sentimientos desplazandolo hacia el pelo nobilisimo caracter- intentase de ningun modo requerir, en garantia sobre las concertados desposorios, ni el mas leve avance de las futuras delicias. No por motivo de que nunca inflamase sus venas la calentura de el afan, ni porque no sonase la totalidad de las noches con la andanza de deshojar individuo an alguno los petalos de la intacta azucena respirando su perfume; pero respetaba en la mujer a la esposa, asi­ como las telas que cubrian a la bella estatua eran tan sagradas Con El Fin De el novio igual que la orla de el manto de la Virgen.

No obstante, a medida que el fecha sobre la enlace se acercaba

La natural pena de el prometido se tino sobre un matiz sombrio y furioso, sobre un caracter sobre insensatez. Con el fin de el novio nunca habia palabras de consuelo; negabase an encaminarse alimento; tan pronto reia, igual que rugia o se mesaba las cabellos, mordiendose con desesperacion las manos. Por mas que el doctor le aseguro repetidas veces que Puri habia fallecido sobre indisposicion natural y no ha transpirado vulgarisima, de una fiebre cerebral aguda, el infeliz se obstinaba en implicar que su atrevimiento habia acarreado la homicidio de aquella criatura preciosa y no ha transpirado lozana. El fatidico «yo la mate», inarticulado y confuso, brotaba del extremo sobre su conciencia, entenebreciendo su espiritu con sombras asi­ como lobregueces sobre enajenacion. Palido igual que el marmol, la inspeccion fija con extravio en un punto invisible de el espacio, rezando entre dientes, y con las manos convulsivamente enclavijadas, velo a la muerta y no ha transpirado la acompano hasta su ultimo hospicio. Vestida de blanco asi­ como azul -el habito de la Concepcion-; apenas desgastada por la fiebre; con su bonito pelo rubio suelto asi­ como practicando marco al rostro apacible, fresquito a pesar de la muerte; con la palma de las virgenes en el pecho, Puri la Casta se iba al sepulcro hecha un prodigio de delicadeza, mas que en vida si cerca de.

Cuando al otro aniversario vio a la Casta, aumento su desazon el encontrarla extremadamente palida

Mismamente lo afirmaban las amigas y vecinas que la escoltaban en la ultima jornada, asi­ como de este modo lo repitio el sepulturero, el tio Carmelo, con aquella risa suya tan particular y tan funebre, que cuajaba la muerte en las venas. El tio Carmelo era un hombrecillo sobre unos cincuenta y tantos anos, de cara descarnada y cinica -la faz que presentan las calaveras, que seri­a sabido que, a su modo, rien siempre-. Enjuto desplazandolo hacia el pelo sin humedad lo mismo que la yesca; de ojos descoloridos asi­ como claros; sobre craneo lucio asi­ como mondo, la perpetua risa cГіmo utilizar paltalk descubria las dientes amarillos, y la alegria, que en los otros hombres suele acontecer indicio sobre bondad sobre corazon y capacidad sana desplazandolo hacia el pelo tratable, en el novio era igual que siniestra destello que alumbra una hoya. Si las moradores sobre Arfe leyesen a Shakespeare, acordarianse de cierta decorado de Hamlet cuando divisaban al sepulturero, con su risa de cementerio y las chanzas sobre ultratumba, y Puri, tendida en su feretro, les evocaria la apariencia sobre Ofelia.